LA HISTORIOGRAFÍA DE LA DERECHA - Julius Evola

                               LA HISTORIOGRAFÍA DE LA DERECHA

 

 

Al hacer algunas consideraciones sobre el significado europeo que puede atribuirse a Donoso Cortés, el pensador español y un tipo interesante de político, que desarrolló su actividad en el período de los primeros movimientos revolucionarios y socialistas europeos, un conocido historiador alemán, Carl Schmitt señaló que, mientras la Izquierda ha elaborado y perfeccionado sistemáticamente su propia historiografía como el trasfondo general para su acción destructiva, no ha ocurrido nada similar en el campo opuesto de la Derecha. Aquí todo queda reducido a unos pocos ejemplos esporádicos en absoluto comparables, en términos de consistencia, radicalidad y amplitud de horizontes, a lo que el marxismo y la Izquierda han poseído desde hace algún tiempo. En gran medida, esto es correcto. De hecho, la única historia conocida que ha tenido más influencia, aparte de la de entonación marxista, es esencialmente de origen liberal, ilustrado y masónico. Se relaciona con aquellas ideologías del Tercer Estado que sólo han servido para prepararles el terreno a los movimientos radicales de Izquierda, teniendo ellos mismos un fundamento esencialmente antitradicional. Todavía es necesario escribir una historiografía de Derecha, y esto constituye uno de nuestros signos de inferioridad con respecto a las ideologías y acciones de agitación de la Izquierda. En particular, la llamada "historia patria" actual no puede llenar esta laguna, pues aparte de algunos de sus eventuales coloraciones nacionales y de las conmovedoras revocaciones de acontecimientos y figuras heroicas, ella misma está afectada, en gran medida, por las insinuaciones de un pensamiento que no es de verdadera Derecha y, especialmente, porque no puede compararse, en cuanto a amplitud de horizontes, con la historiografía de la Izquierda. Este es el punto fundamental. De hecho, hay que reconocer que la historiografía de la Izquierda ha sido capaz de concentrarse en las dimensiones esenciales de la historia; más allá de los eventos y las convulsiones políticas episódicas, más allá de la historia de las naciones, ha sido capaz de discernir el proceso general y esencial que ha tenido lugar en los siglos recientes, en el sentido del paso de un tipo de civilización y sociedad a otra. El hecho de que la base de la interpretación a este respecto fuese económica y clasista no le quita nada a la amplitud de la descripción del todo que ha trazado esta historiografía. Esto, como realidad esencial más allá de lo contingente y particular, nos indica, en el curso de la historia, el fin de la civilización feudal y aristocrática, la llegada de la civilización liberal, capitalista e industrial burguesa y, tras ello, el anuncio y la incipiente creación de una civilización socialista, marxista y, finalmente, comunista.

Aquí se reconocen las revoluciones del Tercer Estado y del Cuarto Estado en su natural concatenación causal y táctica. Es ciertamente considerada la idea de los procesos de orden superior a los que, sin quererlo ni saberlo, han servido los egoísmos más o menos "sagrados" de los pueblos, las rivalidades y ambiciones de quienes creyeron poder "hacer historia" sin salir del campo de lo particular. Se estudian precisamente las transformaciones de la totalidad de la estructura social y de la civilización, que son el efecto directo de la interacción de las fuerzas históricas, precisamente relegando la historia de las naciones a la simple fase "burguesa" del desarrollo general. (De hecho, las "naciones" no aparecieron en la historia como sujeto de esta sino hasta después de la revolución del Tercer Estado y como consecuencia de la misma).

Comparada con la historiografía de la Izquierda, parecerá que en otras tendencias la nuestra es superficial, episódica, bidimensional, a veces incluso frívola. Una historiografía de Derecha debería abarcar los mismos horizontes de la historiografía marxista, con la voluntad de captar lo real y lo esencial del proceso histórico desarrollado en los siglos recientes, más allá de los mitos, las superestructuras y también de las noticias ordinarias. Por supuesto, hacer esto invirtiendo los signos y la perspectiva, es decir, viendo en los procesos esenciales y convergentes de la historia reciente no las fases de un progreso político y social sino las de una subversión general. Como es lógico, también habría que eliminar la premisa económico-materialista, reconociendo el homo œconomicus y el presunto determinismo inexorable de los distintos sistemas de producción como meras ficciones.

En la historia han actuado y actúan fuerzas mucho más vastas, profundas y complejas. Respecto a otros temas, también hay que rechazar el mito del llamado "comunismo primordial" y oponerle la idea de organizaciones basadas principalmente en un principio de autoridad espiritual, sagrada y tradicional como las civilizaciones que precedieron a las de tipo feudal y aristocrático. Pero, aparte de esto, repetimos, una historiografía de la Derecha reconocerá, no menos que una de la Izquierda, la sucesión o concatenación de fases distintas, generales, supranacionales, que condujeron regresivamente al desorden y a las convulsiones actuales: y ésta será, para ella, la base para la interpretación de los acontecimientos y convulsiones individuales, siempre atenta al efecto que produjeron en el conjunto.

Es imposible indicar aquí, ni siquiera con algunos ejemplos, toda la fecundidad de este método, la luz insospechada que arrojaría sobre un gran número de acontecimientos. Los conflictos político-religiosos de la Edad Media imperial, la constante acción cismática de Francia, las relaciones entre Inglaterra y Europa, el significado real de los "logros" de la Revolución Francesa y así hasta llegar a episodios que nos interesan especialmente, como el giro efectivo de la revuelta de las Comunas, el doble aspecto del Risorgimento como movimiento nacional, aunque impulsado por las ideologías del Tercer Estado, el significado de la Santa Alianza y los esfuerzos de Metternich -ese último gran europeo-, y luego el de la Primera Guerra Mundial con la acción de rebote de sus ideologías, la discriminación de lo positivo y lo negativo en las revoluciones nacionales que se afirmaron recientemente en Italia y Alemania, y así sucesivamente, para llegar finalmente a una visión conforme con la realidad desnuda de las verdaderas fuerzas que hoy batallan por el control del mundo - he aquí una selección de argumentos sugestivos, entre muchos, a los que la historiografía de la derecha podría aplicarse, revolucionando los puntos de vista que la mayoría está acostumbrada a tener sobre todas las cosas como resultado de la historiografía de la orientación opuesta, y actuando de manera esclarecedora.

Una historiografía así, que mire a lo universal, estaría entonces especialmente a la altura de los tiempos si es cierto que, por el efecto de procesos objetivos irreversibles, hoy existen cada vez más alineaciones que no son sólo de unidades étnicas y políticas particulares y cerradas. Pero, desgraciadamente, sólo a través de la esperada historiografía vendría un incremento de la consciencia. En el estado actual de las cosas, difícilmente se puede esperar de ella una efectividad y práctica, a efectos de una acción decisiva, de una batalla global e inexorable contra las fuerzas que están a punto de barrer con lo poco que queda de la verdadera tradición europea. De hecho, podría haber, como contrapartida, un movimiento internacional de derecha tan organizado y fuerte como los comunistas. Ahora bien, desgraciadamente, sabemos que debido a la falta de hombres de altura y de autoridad suficiente, debido a la predominancia de intereses partidistas y de ambiciones mezquinas, debido a la falta de verdaderos principios y no menos de valor intelectual, no ha sido posible hasta ahora constituir una alineación unitaria de la Derecha, ni siquiera en nuestra Italia, y que sólo recientemente se han anunciado iniciativas en este sentido.

 

Traducido por Ondrej Musialek

 Fuente: https://counter-currents.com/2013/05/historiography-of-the-right/


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