Julius Evola: un tradicionalista sin tradición.

Por Alexander Dugin
Extracto del libro de “Postfilosofía”.
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
[Evola] encarna
a un tradicionalista ejemplar sin tradición. Es uno de los tradicionalistas más
grandes, el segundo después de Guénon, autor de las mejores obras
tradicionalistas sobre budismo, hermetismo, alquimia, yoga, tantrismo, magia,
tradición medieval, esoterismo europeo. Y resulta que este destacado teórico
tradicionalista y constante practicante del tradicionalismo, generalmente no
pertenecía a ninguna tradición en particular. Cuando se le preguntó: “¡Querido
barón Evola! Es usted una
figura política muy conocida, influyente sobre la juventud perdida, y constantemente,
en cada página, ciento cincuenta veces mencionas la necesidad de pertenecer a
la Tradición. ¿Pertenece usted a alguna tradición?” Evola respondió en el
espíritu de Stepan Trofimovich Verkhovensky de los “Demonios” de Dostoievski.
Cuando a él una vez le preguntaron: "Dime, ¿acaso pertenece a una sociedad
secreta?", a lo que Stepan Trofimovich pensó y respondió: "Quizás el
diablo lo sabe, tal vez yo pueda pertenecer a alguna". Al igual que Julius
Evola, cuando los fanáticos o los entrevistadores estaban interesados en esto
él decía: "¿Pero díganos, Barón, pertenece a alguna Tradición?", y al
parecer, respondió: "Quizás el diablo sabe, tal vez yo pertenezco a alguna
Tradición".
La figura de
Julius Evola, un tradicionalista sin tradición, revela la esencia del
tradicionalismo como un enfoque. De esto podemos sacar una conclusión simple:
dicen, "lo intentaron, pero no pudieron". Usualmente lo hacen. El
pensamiento banal nos dice: sí, querían volver a la Tradición, sentían que les
faltaba algo, pero no llegaron a ella, y vegetaron en algún lugar de la
periferia, incapaces de encontrar una salida a la tradición. Esto es absolutamente
equivocado. En general, todo es un mal banal. Como dice algún libro de texto
sobre análisis técnico de mercados: "La mayoría siempre está
equivocada" ("Majority is always wrong").
De hecho, que el
tradicionalismo puede existir sin la Tradición no prueba de ninguna manera que
el tradicionalismo sea algo defectuoso. Por el contrario, el tradicionalismo
más interesante puede surgir durante esta fase de transición. Es gracias al
tradicionalismo que podemos entender clara y perfectamente dónde termina un
paradigma y dónde comienza otro.
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